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Estructuras Madera

Madera microlaminada, para uso estructural

Se trata de un material compuesto por chapas de madera (al menos 5) de un espesor máximo de 6 milímetros, con la fibra orientada mayoritariamente en una misma dirección. Su gran resistencia, uniformidad y ligereza le hace un material ideal para uso estructural.

Se usa principalmente trabajando a flexión de canto (en viguetas, pares o cargaderos), aunque también es frecuente su uso como paneles superficiales (sobre todo en forjados) o formando parte de cerchas de grandes luces. Actualmente este material se está introduciendo con gran éxito para rehabilitaciones, adosándose lateralmente a piezas de madera, para aumentar su resistencia y rigidez o superiormente en forjados de viguetas (como capa de compresión, que implementa significativamente la rigidez).

Para su fabricación se utilizan especies coníferas (sobre todo abeto) y adhesivos fenólicos. A la hora de dimensionar estructuras con este material nos encontramos con la dificultad de no poder acudir al Código Técnico de la Edificación (CTE) para ver las propiedades mecánicas del material, que son variables según el fabricante y no se han establecido unas clases resistentes fijas, como sí ocurre para la madera aserrada y la laminada.

Por este motivo, debe ser el fabricante el que facilite estos datos, que habrán sido obtenidos conforme a los ensayos que marcan las normas UNE (UNE-EN 14358, UNE-EN 408 y UNE-EN 789). Además se da una enorme dispersión de valores en las propiedades mecánicas, según el grosor y la orientación de las chapas, por lo que no se pueden extrapolar las propiedades mecánicas de elementos aparentemente similares, pero de diferente procedencia.

Generalizando, se puede afirmar que las propiedades mecánicas son notablemente superiores cuando todas las chapas están orientadas en dirección paralela a la fibra (composición paralela), pero, sin embargo, la estabilidad dimensional frente a cambios de humedad es mucho mayor cuando hay láminas orientadas en ambas direcciones (composición cruzada).

Esta última composición se reserva para elementos superficiales (tableros estructurales) y en alguna ocasión para piezas a compresión, como pilares. Analizando en detalle las propiedades mecánicas, se puede ver un punto débil de los productos con composición paralela, que es la resistencia a tracción perpendicular a la fibra de canto (apenas llega al 10% de lo que resisten las piezas con composición cruzada), lo cual puede ser crítico en piezas de sección variable sometidas a flexión.

Esta circunstancia hace también que sea determinante el diseño de las uniones, donde se concentran diversos esfuerzos, que hay que saber controlar y diseñar adecuadamente, si no queremos que la estructura fracase. Los nudos son siempre los puntos de mayor compromiso estructural, más aún en estos sistemas tan “limpios”, donde cada pieza debe hacer su trabajo específico sin deteriorar las demás.

Al tratarse de un producto de grosor reducido, es posible curvarlo, con una limitación del radio mínimo, que depende del grosor del tablero y la orientación de las chapas.

Comercialmente, se presentan distintos acabados, con diferente grado de cepillado, según se vaya a dejar el material visto o no. Su aspecto es como el del contrachapado. Las marcas más extendidas en nuestro país son “Kerto” e “ilevel”, que llama a este material Microllam LVL (Laminated Veneer Lumber) y fabrica también viguetas con sección en doble T, con alma de tablero OSB (Oriented Strand Board) y cabezas de madera microlaminada, dispuestas en horizontal.

Este producto, llamado comercialmente TJI (Trus Joist, de Ilevel), tiene una enorme aplicación en la construcción residencial y por sus peculiaridades técnicas y características estructurales, será objeto de una futura entrada en este blog.